BIBLIOGRAFIA CIENTIFICA EN LOS FONDOS DE LA BIBLIOTECA DEL MONASTERIO DE SAN MARTIN PINARIO (Santiago de Compostela)
(Este texto es un extracto del artículo que publiqué en 2015 en el Congreso anual de ENCIGA -Ensinantes de Ciencias de Galicia- donde el lector podrá acceder al listado completo de las obras y títulos mencionados).
El
archivo de la Universidad de Santiago alberga un Índice de la biblioteca del monasterio de San Martín Pinario, el
cual está estructurado en secciones temáticas, una de ellas, la que presento
en este artículo, dedicada a obras de medicina. Se observa en ese apartado una
extensa relación de obras médicas y científicas, principalmente de entre los
siglos XVI y XVII, de autores clásicos, medievales y renacentistas, lo cual
indica que en estos siglos el monasterio disfrutaba de unos medios sanitarios
acordes a la importancia que ostentaba dentro de la orden benedictina.
Frente
a la fachada de Azabachería de la catedral de Santiago de Compostela se alza el
monasterio benedictino de San Martín Pinario, un enorme edificio que alberga
actualmente diferentes instituciones como el Seminario Mayor, el Museo y Archivo
Histórico Diocesano y una Hospedería, tratando de llenar el espacio que
secularmente ocupó la orden benedictina en la ciudad del apóstol, al menos,
desde el año 912, aunque su origen podría datarse en los inicios de la
peregrinación jacobea, cuando los benedictinos ejercían la custodia del santo
lugar hasta el establecimiento de la catedral. El edificio actual fue comenzado
en el siglo XVI, sobre otro anterior de estilo románico, al incorporarse este
monasterio a la Congregación de San Benito el Real de Valladolid, lo que se
tradujo en una nueva etapa de prosperidad sin igual en el panorama monástico
hispano. Numerosos monasterios gallegos fueron incorporados al de San Martín,
trasladando monjes, derechos y rentas continuas al monasterio compostelano, que
no dejo de crecer hasta la desamortización del siglo XIX en que todo se
dispersó o desapareció. Así, parte de su Archivo pasó a las bibliotecas de la
Universidad y del Seminario pero una parte importante de los libros y
manuscritos desapareció para siempre.
En
este artículo presento un documento manuscrito conservado actualmente en los
fondos de la biblioteca de la Universidade de Santiago de Compostela, el Indice de obras de la antigua biblioteca del
monasterio benedictino de san Martin Pinario, documento que, como muchos
otros, pasó a engrosar el catálogo de la biblioteca universitaria tras la
desamortización de Mendizábal, a mediados del siglo XIX. Una parte de los
fondos de San Martín se conservan actualmente en la biblioteca del Archivo Histórico
Diocesano, ubicado en el propio monasterio.
Otros
monasterios gallegos, tanto benedictinos como cistercienses, dispusieron de
bibliotecas similares cuyo contenido puede ser conocido actualmente gracias a
los “inventarios de Desamortización”, en respuesta al Real Decreto de 25 de
julio de 1835, que describen pormenorizadamente el contenido de las bibliotecas
de varios monasterios aunque no suelen ofrecer detalles en cuanto a las obras
existentes en las mismas. Una de las facetas de la vida monástica, la lectio divina, precisaba de la lectura
diaria de textos religiosos, que son mayoría en los inventarios de estas
bibliotecas, con un importante número de obras espirituales, teológicas o patrísticas,
muchas de las cuales desaparecieron tras ser declaradas como “inútiles” en
estos “inventarios”.
El
origen de estas grandes bibliotecas podemos situarlo ya en el Renacimiento,
observando un acopio de materias diversas en las bibliotecas monásticas, obras
de gramática, historia o medicina. Sin embargo, si prestamos atención al
inventario de una biblioteca media, como fue la del monasterio cisterciense de
San Clodio del Ribeiro (Ourense), que en el momento de la Desamortización
disponía de 1573 volúmenes, observamos que prácticamente en su totalidad son
obras de carácter religioso / teológico, tal como cabría esperar en un
monasterio de sus características. Apenas media docena de estas obras se
podrían encuadrar en un epígrafe histórico o científico; entre ellas una Opera de Ramón Llull, una Opera médica, de Zacut, una Physicae, de Fracois Bayle y poco más. Es por ello
que resulta llamativo el índice de obras científicas conservadas en San Martín
Pinario, mayoritariamente procedentes de los siglos XVI y XVII.
Bajo
el título de Índice de la Librería de
este Monasterio de San Martín de Santiago se halla un catálogo, en
pergamino fatigado, in folio, formado
por 406 páginas manuscritas con foliación antigua original y fechado en el año
1723, conservado actualmente en los fondos de la Biblioteca Xeral da
Universidade de Santiago, bajo la signatura Ms
236. Se trata de un índice o catálogo de los libros que el monasterio
benedictino de San Martín Pinario conservaba a principios del siglo XVIII. El
documento incluye cientos de títulos sobre derecho canónico, teología,
filosofía y ciencias. En este artículo me voy a detener en una parte de este
índice que recoge las obras de carácter científico y sanitario bajo el epígrafe
general de Medicina. El Índice lo conforman varias docenas de
títulos de obras de carácter científico, incluyendo física, matemáticas,
farmacología, medicina, alquimia, lulismo, etc. Presento el texto del
manuscrito tal y como aparece en el documento original, con el nombre de cada
autor, título de la obra y número de ejemplares que, entonces, disponía aquella
biblioteca. Se trata de una clasificación parca y poco práctica pero poco más
es lo que se podía esperar en cuanto a biblioteconomía a mediados del siglo
XVIII, cuando está elaborado nuestro Índice.
A continuación de cada título he incorporado su correspondiente
transcripción, intentando identificar cada una de las obras, incorporando para
ello una breve reseña de cada una y del autor de la misma, pero quedará para estudios
posteriores el profundizar y analizar en detalle la relación completa de obras
del manuscrito, cuyo volumen excede la intención de este artículo.
El
documento recoge un listado de unos 120 autores, principalmente de los siglos
XVI y XVII y algunas del XVIII. Entre todos ellos se recopilan más de 160 títulos
de obras de medicina, física, alquimia, farmacología, cirugía, oftalmología, enfermería,
enología, veterinaria o botánica, lo cual otorga al documento de una gran
relevancia en el campo de la historia de la ciencia europea. Pero debemos tener
en cuenta que el mismo fue compilado a mediados del siglo XVIII y, por
entonces, la mayoría de las obras referenciadas en este listado tenían ya más
de doscientos años, poco apropiadas para su consulta en pleno siglo de las
Luces.
Grosso modo, si agrupamos el conjunto de obras en función del año de su primera edición constatamos que apenas cuatro o cinco fueron publicadas en el siglo XV, frente a cincuenta y cinco que lo fueron a lo largo del siglo XVI y unas cincuenta en el siglo XVII, los grupos mayoritarios. Del siglo XVIII constatamos la presencia de poco más de treinta obras, pero debemos tener en cuenta que nuestro Índice está fechado en el año 1723, por tanto, es posible pensar que la relación de obras del siglo XVIII pudo llegar a ser mayor que lo que aquí observamos. Entendemos que ello se debe a que San Martín Pinario vivió una época de gran esplendor a lo largo del siglo XVI, tras su incorporación a la Congregación de San Benito el Real de Valladolid, lo cual supuso desde entonces unas rentas en continuo crecimiento y una comunidad de monjes que llegó a alcanzar con creces los cien individuos. Posiblemente, a lo largo del siglo XVIII los gastos en biblioteca fueran menores que en épocas anteriores o se primara en ella las obras de temática religiosa.
Grosso modo, si agrupamos el conjunto de obras en función del año de su primera edición constatamos que apenas cuatro o cinco fueron publicadas en el siglo XV, frente a cincuenta y cinco que lo fueron a lo largo del siglo XVI y unas cincuenta en el siglo XVII, los grupos mayoritarios. Del siglo XVIII constatamos la presencia de poco más de treinta obras, pero debemos tener en cuenta que nuestro Índice está fechado en el año 1723, por tanto, es posible pensar que la relación de obras del siglo XVIII pudo llegar a ser mayor que lo que aquí observamos. Entendemos que ello se debe a que San Martín Pinario vivió una época de gran esplendor a lo largo del siglo XVI, tras su incorporación a la Congregación de San Benito el Real de Valladolid, lo cual supuso desde entonces unas rentas en continuo crecimiento y una comunidad de monjes que llegó a alcanzar con creces los cien individuos. Posiblemente, a lo largo del siglo XVIII los gastos en biblioteca fueran menores que en épocas anteriores o se primara en ella las obras de temática religiosa.
Recordemos,
en este punto, que este monasterio dispuso de botica propia para la atención
sanitaria de todos sus prioratos dependientes. Todavía se conserva la pieza de
la botica, así como su correspondiente botamen procedente de las fábricas de
Talavera y Sargadelos. A lo largo del siglo XVII aquella botica experimento un
gran impulso, llegando a estar abierta al público durante décadas, bajo la
dirección de un monje titulado y así se mantuvo hasta el siglo XIX; a esta oficina pudieron pertenecer algunas de las obras farmacéuticas presentes en nuestro Índice, como la Pharmacopea, de Thomas Fuller (ejemplar de 1750), Historia de las Plantas con sus figuras, nombres y virtudes, de Alonso de Herrera (1470-1539), el Dioscórides, de P.A. Mathiolus (1501-1577), la Pharmacopea triunfante, de Félix Palacios (1713), la Theoria Pharmaceutica, del boticario Francisco Vélez de Arciniega (1624), el Ramillete de Plantas, del también boticario del monasterio de S. Juan de Burgos, fr. Esteban Villa, (1636) o el Antidotarium Generale et Speciale, de Johann Jackob Wecker (1601).
A lo largo de este articulo, no he hecho más que abrir una línea de investigación que puede arrojar un poco mas de luz a la relación entre la vida monástica y la historia de la ciencia.
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