RECONSTRUCCIÓN DE LA ANTIGUA BOTICA DEL MONASTERIO DE OSEIRA EN EL AÑO 2008


Hace ya diez años dio comienzo el proceso de restauración o recreación de la antigua y desaparecida botica del monasterio de Sta. Mª la Real de Oseira (Ourense). El proceso restaurador se prolongó por espacio de un año desde el momento en que se tomó la decisión de recuperar del pasado aquella dependencia monástica hasta que se celebró el acto inaugural a mediados de 2009. Actualmente la botica monástica forma parte de la ruta turística que recorre toda la abadía y es uno de sus mayores atractivos porque prácticamente todas las piezas que albergue son originales, empezando por el conjunto de 37 botes de farmacia o albarelos originales de las reales fábricas de Sargadelos a principios del siglo XIX muchos de los cuales contienen restos de sustancias medicinales, como raíces, gomas, semillas, etc. Morteros, matraces y balanzas forman parte de la colección de piezas originales que se recuperaron para este proyecto que contó con el respaldo de quien entonces era el Superior de la Comunidad y con el apoyo de la Academia de Farmacia de Galicia. La idea que subyace en todo el proyecto es recuperar del pasado una faceta representativa de la vida diaria en muchos monasterios españoles, que prestaban atención sanitaria no sólo a sus respectivas comunidades sino a las poblaciones cercanas, a los pobres, peregrinos y todo aquel que lo precisara. Oseira contó desde el siglo XVII con una importante botica que se mantuvo en activo hasta la Desamortización de 1835, tras la cual se perdió todo el material relacionado con la misma.
Resultado del proyecto de recreación de la antigua botica monástica.
 

El proyecto restaurador llevado a cabo en 2008 supuso la remodelación completa de un local situado entre los claustros de Medallones y Caballeros, así como la adquisición de numerosos objetos de los siglos XVIII y XIX que podrían encontrarse en una antigua botica monástica.

LA GESTACIÓN DEL PROYECTO

Con un pequeño acto celebrado en junio de 2009 en la abadía cisterciense de Oseira finalizaba el trabajo llevado a cabo a lo largo de 2008 para recuperar, en la medida de lo posible, la antigua botica que durante siglos funcionó en el monasterio. El proyecto se plasmó, finalmente, en una realidad que no pretende rehacer el original desaparecido, sino recordar o recrear lo que fue la esencia de una actividad sanitaria que, a lo largo de los siglos, ejercieron los monjes boticarios de Oseira y de otros cenobios cistercienses a lo largo de la ruta Jacobea, ya hacia su propia comunidad, ya hacia los peregrinos y gentes de poblaciones cercanas, hasta la desamortización de 1835, que ocasionó, además de la exclaustración, la desaparición de un patrimonio de incalculable valor artístico y documental, tal como acabo de comentar.

A mediados de 2008 el entonces Superior de la comunidad me comentó su interés por recuperar lo que había sido la antigua botica monástica, tratando de reproducir lo que pudo ser aquella oficina lo más fielmente posible para mostrar al público un aspecto más de la labor sanitaria secular de los monjes cistercienses, sin pretender una reproducción exacta de lo perdido hace más de un siglo. La idea no podía resultar más interesante y desde el primer momento me volqué en el proyecto para que fuese una realidad a la mayor brevedad posible. Como el monasterio conservaba en depósito un antiguo botamen del siglo XIX de la fábrica de Sargadelos (37 piezas), consideramos adecuado poner en valor aquella excelente colección, adaptando todo el trabajo para que aquellos botes constituyesen el núcleo central del proyecto, pero también debíamos recuperar el resto de utensilios partiendo casi de la nada, ya que, exceptuando algunos objetos que podían adaptarse al nuevo destino, poco era lo disponible. Ante la propuesta del Superior ofrecí mi colaboración para recabar ayudas y colaboraciones en la medida de mis posibilidades, (ya se sabe que a la hora de aligerar el bolsillo todo el mundo mira para otro lado). En varios y destacados apartados del proyecto conté con la colaboración del entonces Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra.
Colección de botes de Sargadelos conservados en la botica monástica.
 

Desde un principio comencé la búsqueda de piezas y mobiliario originales en diferentes mercados y subastas de internet, adquiriendo así objetos de gran interés; entre otros, una Farmacopea Hispana de principios del XIX y una Farmacopea de Fuller, del siglo XVIII, además de varios morteros de bronce y porcelana, cajitas de cartón para trozos de plantas, frascos de vidrio, dos balanzas (una de precisión y otra para grandes pesos) del siglo XVIII y más objetos que hoy se exponen en la botica.

Pocos meses después contacté con un alfar talaverano para encargar un nuevo botamen, ya que del original talaverano no quedaba nada, conjunto que aparece hoy formado por unas 80 piezas de varios tamaños y formas. Previamente diseñé el dibujo que habrían de llevar todas las piezas y que reproduce el escudo del monasterio (dos osos apoyados sobre un pino) que ostenta la fachada de la iglesia y al dibujo le añadí una cartela en la parte inferior, basada en la que aparece en el botamen del monasterio de Silos. El conjunto, tras la aprobación del Superior, se remitió a Talavera de la Reina (Toledo) para su elaboración.
Obras efectuadas para la adaptación del local del siglo XII.
 

Como motivo ornamental en la sala diseñé un panel en azulejo portugués, también basado en el existente en la botica de Silos, reproduciendo en esta ocasión el escudo de Oseira flanqueado por un entrelazado vegetal que rodea una cartela en la que aparece la palabra Pharmacopoea.

LOS TRABAJOS PARA RECUPERAR EL LOCAL

Para la elección del local de la botica tuvimos en cuenta varios factores, entre los que primó la posibilidad de incorporar la misma al circuito de visitas turísticas y que éstas pudieran entrar y salir por puertas distintas estableciendo un recorrido continuo. Por ello se eligió un local (uno de los más antiguos del monasterio, del siglo XIII y con bóveda de crucería) que dispone de dos puertas que comunican los claustros de Portería y Medallones, dos ventanas que permiten su iluminación natural y un pequeño local adyacente donde se conservan y muestran las piezas de mayor valor, el botamen de Sargadelos y las farmacopeas. Este local estuvo dedicado durante años a la elaboración de mantequilla y en el momento de su elección servía de almacén de objetos diversos.
Aspecto del local durante las obras de acondicionamiento supervisadas por el Superior de la comunidad.

Tras la aprobación dada por los técnicos de Patrimonio de la Xunta de Galicia comenzaron los trabajos de nivelado del suelo, se encargaron dos puertas de madera (una de ellas ostenta un escudo que representa la copa y la serpiente, símbolos tradicionales de la Farmacia), se construyeron varios peldaños para ambas puertas (ya que el nivel del suelo del local fue rebajado unos 50 cm), así como sus correspondientes pasamanos, sus respectivos marcos y los de las ventanas, y se llevó a cabo la instalación eléctrica completa (lámparas, interruptores y enchufes), se limpiaron las paredes (oscurecidas tras varias décadas de abandono), se colocaron losas de granito en el suelo y se envejecieron unos muebles con estanterías para colocar los botámenes. Por último, se instaló una hermosa reja de hierro forjado en la entrada al pequeño local adyacente para preservar el botamen del siglo XIX.

Durante el desarrollo del proyecto, que se inauguró un año después, en el mes de junio de 2009, se resolvió situar todo el conjunto de la botica en una sola estancia, reservando el cuarto adyacente, que iría destinado a almacén, para instalar, como he apuntado ya, el botamen del siglo XIX de la fábrica de Sargadelos. El visitante podrá ver, por tanto, la zona correspondiente a la botica a su izquierda y la rebotica a su derecha, junto a la ventana (zona de trabajo, mesa, balanzas de precisión, romanas, morteros, almireces). Frente a ella se ha dispuesto un horno con alambique para las destilaciones, que fueron habituales en medicina a partir del siglo XVII y, por último, la zona de almacén junto al horno.
Este es el botamen moderno confeccionado en Talavera de la Reina (Toledo)
El resultado de aquellos meses de trabajo fue lo que podemos definir como un pequeño Museo de la Farmacia monástica, al que años después se incorporó el huerto o jardín botánico en el claustro de Caballeros, pero que fue desmontado posteriormente por no reunir las condiciones adecuadas para su correcto desarrollo. Con todo ello, en Junio de 2009 procedimos a celebrar la inauguración oficial de la recreación de la botica monástica mediante un sencillo acto que contó con la presencia de apenas treinta personas, entre la comunidad de monjes, miembros de la Academia de Farmacia de Galicia y algunas personas del entorno.
Inauguración de la botica en 2009

 
Animo a quien tenga interés y curiosidad por la historia de la farmacia o la medicina a que se acerque a conocer este secular monasterio situado en el corazón de Galicia; no le dejará impasible!

                                                                                                                         Dr. Miguel Alvarez Soaje

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